DIARIO DE NAVARRA

10 abril 2013

 

 

Entre el 1 y 2% de la población mundial, obsesionada por el bisturí

 

Entre un 1 y un 2% de la población mundial sufren adicción al bisturí, dado que su aspecto físico se convierte en una obsesión. La cirugía estética nació con la finalidad de modificar aquellas partes del cuerpo que no son satisfactorias para el paciente. En sus orígenes y en su finalidad este tipo de medicina apela efectivamente al equilibrio y a la armonía.

 

 

Sin embargo, desde los comienzo de la cirugía plástica hasta la actualidad, muchas personas no dudan en someterse a una operación tras otra por no sentirse satisfechos con su aspecto, lo que se conoce como dismorfofobia. Principalmente se someten a rinoplastia (cirugía de nariz) y el agregado de colágeno en los labios.

 

Según doctor en estética Moisés Martín Anaya, la obsesión por tener un cuerpo perfecto "puede derivar en casos extremos en trastornos psicológicos". Esto lo viven a diario en sus consultas los doctores en estética, para los que "no es difícil localizar a este tipo de paciente, ya que suele demostrar un rechazo absoluto a su cuerpo y tiene una falta de autoestima patológica", según el doctor Martín Añaya. "Obviamente nuestra obligación es siempre derivar a estas personas hacia terapias psicológicas que puedan arreglar sus trastorno", añade.

 

Y es que España está cada año en el top ten de operaciones de estética a nivel mundial. Así que el peligro de que este fenómeno pueda tener más repercusión a nivel nacional es claro.